
Un volcán extraordinario y su impacto en los alrededores y la comunidad.

Subiendo hasta los 3.000 metros de altitud sobre el nivel del mar, con un diámetro de casi 45km y ocupando un área de 1.570 kilómetros cuadrados, la vista del volcán más alto de Europa es impresionante.
Pero sólo los números no hacen justicia al Monte Etna. Esta maravilla natural según la UNESCO, literalmente ha formado la mayor parte de la Sicilia oriental y es fundamental para su particular riqueza y forma de vida.
Un territorio volcánico
Gracias a la estructura del volcán, al clima mediterráneo y su altura, la zona alrededor del Etna se caracteriza por un entorno diverso y único.
Hay zonas áridas en la parte alta que se componen de roca volcánica donde es imposible cultivar. En estas zonas se alternan la tierra en verano y la nieve en invierno. Otras zonas a menor altitud poseen un rico terreno volcánico y mejor clima por lo que son el hogar ideal de vides, cítricos y numerosas especies de flora y fauna típicos de Sicilia.
Pero son las vistas impresionantes los elementos realmente distintivos de esta espléndida montaña que en la antigua época griega se consideraba la casa de los vientos de dios Eolo.
¿Cómo nació el Etna?
Se cree que el proceso de formación del Etna haya comenzado hace más de 500.000 años con violentas erupciones submarinas que transformaron el terreno y por efecto de las cuales se levantó la tierra donde hoy encontramos la ciudad de Catania.
El Etna es un volcán activo y sus lindes cambian continuamente. Cuando visite Catania o sus alrededores, si tiene suerte podrá admirar sus erupciones nocturnas, una vista que seguro es la de uno de los fuegos artificiales naturales más bellos que usted podrá ver. El cielo estrellado teñido de rojo, amarillo y naranja: los colores de los cítricos, los frutos del volcán.
Las comunidades de los alrededores del Etna
El Etna está rodeado por 20 localidades que se extienden desde el este hasta el oeste e incluyen Paternò, Milo y Bronte. Cada una de estas localidades depende de los ricos y fértiles terrenos volcánicos que permiten la producción de cítricos, vino, pistaches y muchos otros productos típicos de esta isla maravillosa.